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GYPSY: LA NUEVA DECEPCIÓN DE NETFLIX.


Con Naomi Watts como estandarte, Gypsy se antoja para ser un thriller psicológico prometedor. Decidí darle una oportunidad y solo terminé con un mal sabor de boca.

La primera temporada de Gypsy, cuenta con 10 episodios y se estrenó en la plataforma el pasado 30 de junio del año en cuestión. La serie corrió a cargo de Lisa Rubin, egresada de la Columbia Film School, con especialidad en guión. Su colaboración con Netflix es su (desafortunado) debut en Hollywood.

La historia va de Jean Holloway (Naomi Watts), una psquiatra intrometida que no sabe respetar límites en su relación con sus pacientes. Su fuerte impulso por indagar en la vida de estos, la hace acercarse a las personas de las que hablan en sus terapias: Claire, una madre obsesionada con su hija, Allison, una drogadicta y Sam, un joven obsesionado con su ex novia. Sí, todas adicciones.

Al principio, la trama resulta intrigante: una terapeuta demasiado ambiciosa que decide rebasar los límites del profesionalismo para tener éxito con sus pacientes. Un personaje con una vida perfecta: tiene a Michael (Billy Crudup), un esposo amoroso, Dolly, su adorable hija de 9 años;un buen trabajo y es parte de la clase acomodada de Conneticut. ¿Qué más podría pedir?

Pues resulta que Jean es de esas que no se conforman con la rutina y siempre están deseando vivir la vida de alguien más. Esta condición se desata cuando conoce a Sidney, la ex de Sam y se obsesiona profundamente con ella, por lo que sale a flote su supuesto alter ego, creándose una doble identidad que responde al nombre de Diane Hart, una intrépida escritora divorciada.

El resto de serie es sólo Jean de aquí para allá, sin llegar relamente a ninguna parte. Malabareando entre su vida real y la otra que se creó por mero aburrimiento, sin consecuencia alguna hasta el último episodio en que su ingenuo esposo presiente que hay algo mal (spoiler: este malabareo incluye escenas de sexo homosexuales y heterosxuales).

Y bueno, además de un guión que carece de arco dramático y personajes mediocres, también nos regala notorios errores de continuidad. El tema de la serie es una versión acústica de Gypsy de Fleetwoot Mac, cortesía de Stevie Nicks, que me parece es de lo poco que no tiene desperdicio.

Esta es sólo mi humilde opinión. Véanla bajo su propio riesgo.

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